“Los niños adivinan qué personas los aman.
Es un don natural que con el tiempo se pierde”
Charles Paúl de Kock
“Niños Violentos, Desafiantes y Oposicionistas:
¿Un Reflejo Adulto?”
Por
Psic. César Sinuhé Gómez Sánchez.
La vida cotidiana del individuo de nuestro tiempo, se ha ceñido de un fenómeno que permea negativamente y de forma imperceptible las relaciones y dinámica social, flagelando, confundiendo y estableciendo un nuevo orden y modelo de interacción con el otro, basada en los matices más sutiles de la violencia como son: el aumento del desempleo, incremento de corrupción e impunidad, inseguridad, violencia social e intrafamiliar, explotación de menores, abusos sexuales, la no asistencia en las enfermedades, etc. traducidas en separaciones, abandonos, promiscuidad, hacinamientos, hambre y golpes. Violencia que ha sido invisible y a la vez aceptada por los mecanismos de la naturalización y la cultura de la victimización, donde gracias a la repetición y permanencia de hechos violentos y delictivos se ha de considerar como algo natural y normal, así como también, el establecimiento de que cualquier individuo puede ser afectado por la postura de víctima o victimario ante los masivos eventos virulentos que le rodean en su vida diaria.
Ante el bombardeo de una violencia global reproducida por diversos medios de entretenimiento y comunicación como son: noticieros, videojuegos, caricaturas, películas y modas de consumo, el producto de esto, será la creación de estereotipos e ideales de poder, fuerza y control, cimentados en la premisa disfrazada de la violencia, así como, serán transferidos a modelos de identificación social en los infantes, afectando principalmente el desarrollo de la personalidad de niños varones, debido a que tal transmisión de información y modelos, los obliga a adaptarse imperativamente al mundo de los adultos por medio del desafiar la autoridad violentamente (padres, escuela, normas) y a desestructurar su noción y forma de representar su masculinidad futura, la cual estará caracterizada por una restricción emocional, homofobia, competencia y una obsesión por los logros y éxitos, subordinando lastimosamente las cualidades afectivas y amorosas.
A los niños afectados por estos moldes de violencia, se les ha etiquetado como “chicos de mala conducta” o “mala educación”, portadores de trastornos emocionales denominados “Negativista desafiante” u “oposicionista” caracterizados por su comportamiento desobediente, hostil y desafiante hacia figuras de autoridad, con síntomas como: rabietas incontroladas, ira y resentimiento, discusiones desbordantes, problemas constantes en escuelas, peleas, acoso a compañeros, baja tolerancia a la frustración, hiper irritabilidad, rencoroso y vengativo, y que dolorosamente la mayoría de los tratamientos psicoterapéuticos prefieren la administración de anfetaminas y antipsicóticos para mejorar su conducta, en lugar de analizar, asumir, responsabilizar y re construir las fragilidades y exclusiones de las funciones paterna y materna, debido a que la función paterna es aquella que le permitirá al niño formular recursos para negociar con las cosas y exigencias de la vida; mientras que la materna, es aquella encargada de incorporar en el niño las primeras nociones de amor y que encausarán su vida futura.
“¿El niño violento, desafiante y oposicionista, un problema de él o el mundo adulto?.
Es Posible… ¿Hablamos?
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Ficha Titulo: “Niños Violentos, Desafiantes y Oposicionistas: ¿Un Reflejo Adulto?”
Autor: César Sinuhé Gómez.
Publicado: Diario "El Mundo" de Córdoba.
Fecha de Publicación: 27- Marzo -2016
Región: Córdoba, Veracruz, México.
Medio: Impreso e Internet.
Público: General.
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Investigaciones Científicas y Psicoterapia
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